viernes, 19 de diciembre de 2014

Ev-4

          Lo había terminado pero no le convencía. Le faltaba algo... ¿Tal vez un software más avanzado? ¿Un hardware más sofisticado? No, no era eso... Pero algo le faltaba...

          Fue cuando lo desmontaba por tercera vez cuando se dió cuenta de que lo que le faltaba no estaba en él, sino que el problema era que sólo estaba él.
          Así fue como nació Ev-4. Nunca antes había fabricado un robot feminino. Todos sus robots eran varones. No le parecía machismo, simplemente era más sencillo. Por eso mismo le sorprendió cuando funcionó.
          No era perfecta, andaba con torpeza y una de sus manos no cerraba bien. Pero era exactamente lo que le faltaba a Ro-12. Ev-1 era el engranaje que le faltaba a su motor. Con esto, el Creador no quería decir que ella fuera una mera pieza que existiera para que él funcionara, si no que Ro-12 la necesitaba a ella para funcionar. Del mismo modo que el motor de un ventilador no sirve para nada sin unas aspas que conviertan su movimiento en empuje.

          La puerta se abrió con un quejido y Ev-4 se internó en la oscuridad del almacén. Ro-12 detectó movimiento y alzó la cabeza, su único ojo buscaba sin descanso el origen de la intromisión.

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